Caracas.- Primero escuchar, luego tratar de percibir, de captar, lo que había oído que evocaba el líquido dentro de la copa: aromas de tabaco, de cuero o frutos secos; una gama de olores para guiar la memoria. La maestra ronera de Santa Teresa, Nancy Duarte, recuerda así sus comienzos en el mundo del ron, hace 32 años, cuando servía las copas de quienes eran los maestros entonces y los escuchaba hablar de las notas, los sabores de ese licor destilado producto de la caña de azúcar y de un minucioso y, en parte, secreto proceso que se remonta al siglo XIX, y que en 2022 es una carta de presentación venezolana.
Duarte, oriunda de San Cristóbal, no soñaba con convertirse en la primera maestra ronera de Santa Teresa, ella quería dedicarse a la medicina, pero los avatares de la vida, a los que se sumaron su curiosidad e inquietud como virtudes, allanaron el camino para que se transformara en una referente al momento de hablar de ron venezolano y que, además, en 2022 la revista People en Español la ubicara como la única venezolana en esa edición de su lista anual de mujeres poderosas e influyentes.
El pasado martes, 16 de agosto, Día Internacional del Ron, Duarte, quien se preparó en la ciencia de la Tecnología de Alimentos, demostró parte de su maestría, junto con otro de sus colegas, Néstor Ortega, en un evento exclusivo que organizó Ron Santa Teresa para hablar de su producto premium, Santa Teresa 1796.

«Tener humildad es fundamental porque somos aprendices cada día», dijo Duarte a El Pitazo luego de repasar en una degustación los principales aspectos del ron Santa Teresa 1796, el producto más retador en su carrera como maestra ronera hasta el momento.
Un reto a la inmediatez
Duarte aprendió que la impaciencia, una característica de la actualidad vertiginosa y cambiante que tenía cuando era una pasante en Ron Santa Teresa, no era compatible con el oficio de la maestría del ron, un trabajo que requiere no solo de pasión, sino de constancia, calma y tranquilidad: la paciencia que impone el añejamiento del que se considera como el mejor ron del mundo, el venezolano.
«Los jóvenes quieren todo para ya, pero para poder tener un ron premium se necesitan de al menos ocho años, entonces la paciencia y la pasión son claves», reflexionó Duarte al destacar que se requieren de al menos 10 años de preparación para desarrollar la memoria sensorial que caracteriza a una maestra ronera como ella.
En un ámbito tradicionalmente masculino, son mujeres quienes actualmente conforman más de 60% de aspirantes a ser parte de la generación de relevo en el oficio de la maestría del ron.
«Discernir los elementos, aromas, sabores. Hacer memoria sensorial, junto con la curiosidad, la pasión y la inquietud es lo que te permite crear mezclas que pueden transformarse en algo como lo que tenemos en nuestras manos», añadió al repasar que incluso con sus dos hijos juegan a hacer degustaciones a ciegas.
Una constante búsqueda
Duarte vive a cinco minutos de la Hacienda Santa Teresa, en El Consejo, estado Aragua. Una jornada cotidiana en su oficio como maestra ronera combina las pruebas de degustaciones, desde muy temprano en la mañana, la revisión de inventarios y las labores administrativas.

Como gerente técnico de Ron Santa Teresa, Duarte resaltó que en la búsqueda de innovación han hecho pruebas para desarrollar nuevos cultivos vinculados con la caña de azúcar, la materia prima para la producción de ron.
La maestra ronera de Santa Teresa resalta la búsqueda constante que caracteriza y amerita su oficio, más allá de lo que pueda hacer la competencia en el reñido mercado venezolano de producción de ron, que aporta casi 3% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Fondo de Promoción del Ron de Venezuela, que agrupa a 13 productores del destilado.
«Siempre estamos pensando cómo innovar, qué es lo que busca y quiere el consumidor. Cada día estamos aprendiendo a hacer el mejor ron de Venezuela», destacó Duarte, quien precisó que es el añejamiento de los rones venezolanos lo que los hace únicos en el mundo.