Para nadie es secreto que la audiencia que sintoniza la entrega de los premios Oscar, en la que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos reconoce lo más destacado de la industria en un año, registra una caída sin precedentes.
Si bien la audiencia de los Premios Oscar 2020 se había inscrito en la historia como la más baja (con 23,6 millones de espectadores en EE. UU.), los Oscar 2021 batieron el récord con una duración de tres horas y 9,85 millones de espectadores, lo que se traduce en una reducción de la audiencia en un 58,3%.
Algo distinto
Por tercer año consecutivo, la Academia prescindió de un presentador para la ceremonia y se escogió a Steven Soderbergh para la dirección de los premios, quien habría prometido que la ceremonia se transmitiría como “una gran película”.
Nada de eso ocurrió. Sin embargo, se hizo evidente el esfuerzo de la Academia por “acercar” los Oscar a su audiencia. La locutora, actriz y productora María Gabriela Díaz, quien condujo la serie de podcasts Awards and Chill con los críticos y periodistas Luis Bond y Jorge Roig durante la temporada de premios, destaca la imagen gráfica de los Oscar 2021, mucho más colorida que de costumbre, como prueba de este empeño. “La presentación de los créditos de la ceremonia se hizo como en una película, se cambió el orden de las categorías, y en verdad se hizo un esfuerzo por rescatar la alfombra roja a pesar de la pandemia. Más allá de la vanidad, los Oscar son una noche para celebrar el trabajo de todo un equipo de trabajo”, opina Díaz.
“Esta edición de los Oscar era una muy buena excusa para hacer algo diferente”, afirma el guionista, crítico y realizador Luis Bond. “Nos vendieron algo diferente y se hizo en un lugar diferente, tal vez teníamos expectativas muy altas. Fue una ceremonia con mucha humanidad, donde se incluyeron historias conmovedoras y de éxito dentro de la industria”, explica.
Así como se ensalzaron estas iniciativas de responsabilidad social dentro de la industria, los internautas también se quejaron de la negativa a transmitir fragmentos de las películas durante toda la ceremonia, así como de los largos discursos de los ganadores, que extendieron la ceremonia durante más tiempo del previsto.
El factor político
El Oscar 2021 no aportó sorpresas. Fue la repetición glamorosa del resultado observado en otras galas, como los Globos de Oro. Emerald Fennel ganó el Oscar a Mejor guion original por su ópera prima, Hermosa venganza (Promising Young woman), mientras que Nomadland se coronó como la favorita de la noche, consiguiendo las estatuillas a Mejor actriz para su protagonista, Frances McDormand, Mejor película y Mejor dirección para la realizadora Chloé Zhao, siendo la segunda mujer en la historia de estos premios en conseguir este reconocimiento como directora.
Mank, una de las grandes favoritas de la crítica (mas no de la Academia) se centra en la complicada personalidad del guionista Herman J. Mankiewicz, que se evidencia cuando trabaja en equipo con Orson Welles para escribir el guión de Ciudadano Kane. Pero, más allá de ser una biografía del conflictivo Mank, es una guía elegantísima sobre cómo Hollywood ha estado al servicio de factores de poder, y cómo la industria ha utilizado sus propias películas para destacar o ensalzar mensajes sociales o políticos.
El año 2020 fue convulsivo para Estados Unidos no solo por la pandemia, sino por la conflictividad social que se desencadenó a raíz de George Floyd y las controversiales elecciones presidenciales que dieron como ganador a Joe Biden.
Vista de esta forma, la Academia estadounidense pareciese crear su propia versión adaptada de Mank en tiempo real, con artistas como Regina King abriendo la ceremonia y celebrando el veredicto del jurado en el caso contra Derek Chauvin, el policía acusado del asesinato de George Floyd, y cuya sentencia se espera para junio de este año.
Para el periodista y crítico Humberto Sánchez Amaya, “vivimos un momento en el que la industria tiene más interés en recalcar un discurso o ciertos mensajes políticos que encontrar historias”. Opina que movimientos sociales como #BlackLivesMatter o #MeToo podrían haberse reflejado tanto en las nominaciones y en algunas premiadas.
Aunque, contra todo pronóstico, la Academia privilegió el talento de Anthony Hopkins y su trabajo en la película The Father sobre el papel de Chadwick Boseman en La madre del blues, a quien se esperaba le fuera entregado el Oscar a Mejor actor de forma póstuma.