Por Andreina Mujica
Al poeta venezolano José Pulido se lo imagina uno caminando silencioso por las calles de Génova, tal vez en sus pensamientos los acompañe el violín de Paganini, genovés de excelencia, pero seguro se cruza con canciones de Simón Díaz, porque la música y la poesía lo tienen bajo el embrujo de las letras por donde quiera que él vaya, o donde quiera que viva.
La buena noticia es que ha sido galardonado con el Premio de Excelencia en Poesía y Literatura, otorgado por los prestigiosos premios internacionales Città del Galateo – Antonio de Ferrariis. Estos reconocen a figuras que destacan en cultura, arte y ética, inspirados en el humanista Antonio de Ferrariis, «Il Galateo».
Pulido y su esposa, la también periodista y escritora Petruvska Simne, se pasean tomados del brazo por el Palacio Tursi (Patrimonio Mundial de la Humanidad), se mudaron a esta costa del mediterraneo en el 2017, y a pesar de extrañar familia, gatos y esquinas, José y Petra han sabido vivir entre mares y letras.
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Pulido, miembro del Club de Escritores Venezolanos, es considerado un maestro de la palabra y su obra abarca poesía, novelas y periodismo. Actualmente reside en Italia debido a la situación política en Venezuela.
El próximo 25 de octubre, en el Centro PIME de Milán, se celebrará la ceremonia de entrega de la Medalla del Presidente de la República, (VerbumlandiArt) dedicada este año a la paz y la legalidad. El evento está organizado por Regina Resta, presidenta de VerbumlandiArt.
Entre los invitados se encuentran figuras destacadas como Gilberto Pichetto Fratin, Ministro de Medio Ambiente, y Attilio Fontana, Presidente de la Región de Lombardía.
Hablando con Pulido
–¿Cómo sería un autorretrato poético de tu esposa Petruvska?
– Creo que la mayoría de los poemas que he escrito han sido para ella. Petruvska ha gobernado mis instintos ejerciendo una luz. Ante esa circunstancia, he deseado pasmarme y quedarme en el aire con toda la intención de ser polilla. Un día le escribí esto:
Escribí poesía porque tú me dijiste que lo hacía
elaboré cuentos porque tú me aseguraste que los inventaba
me senté ante una máquina echando humo de espíritus
porque me convenciste de que yo poseía uno
y aunque no has comentado que soy un trabajador del corazón
he pasado la vida dándole vueltas
a eso de quererte sin que tu boca diga
-¿En un poema se puede conseguir atrapar el último aliento de un gran amor?
-Sí, porque la poesía y la vida son la misma cosa: maravillas inalcanzables, solo es posible tenerlas un instante. Están completamente unidas, como el amor y la muerte. Y si el amor es grande, entonces el último aliento será obligatoriamente atrapado por el poema: los enamorados comparten todos los alientos. El primero y el último.
-Si ese amor es la memoria de la casa donde uno nació ¿Cómo lo describes?
-Como el viento fresco que mueve las cortinas, como el sol que seca la ropa en el tendedero, como el espíritu de una sopa en invierno y como el escondite de los mejores besos que se generan en el universo
-Si los sueños buscan una víctima para sustraerla ¿podemos creer que a veces las pesadillas nos la devuelven?
-La pesadilla es un sueño que te asusta. Cuando es apacible y teatrero, el sueño trata de que el alma participe. El alma protege a cualquier víctima onírica. Porque las almas son en esencia reparadoras de entuertos interiores. Si una pesadilla te devuelve algo que los sueños normales te han quitado, entonces se trata de una pesadilla que ha decidido cambiar su modo de asustar
–Cuando recibes un premio tan importante como éste ¿qué sientes? ¿qué piensas de un país que te abraza de esta manera?
-Siento el aprecio hacia mi escritura, siento la amistad invisible. Italia nos ha dado un gran apoyo fraterno, amoroso, desde que llegamos, en el 2017. En especial el Festival Internacional de Poesía de Génova. Creo que los italianos saben que una buena parte del espíritu venezolano contiene arquitectura, poesía, comida, música y costumbres ancestrales de Italia. Y si alguien afecta esa arquitectura, esa gastronomía, esa poesía, esas costumbres en Venezuela, entonces también afecta a Italia
-Cristina Peri Rossi “Cabina telefónica 1975
“El exilio es tener un franco en el bolsillo/ y que el teléfono se trague la moneda y no la suelte -ni moneda, ni llamada- En el exacto momento en que nos damos cuenta de que la cabina no funciona
Y en un poema qué es vivir lejos de Venezuela para ti, tanto lo bueno como lo no tan bueno
-El exilio es saber que cargas el país por dentro, cuando en verdad lo que deseas es recorrerlo, amarlo, mejorarlo. Al tenerlo solamente por dentro es el país quien te recorre, es el país quien necesita amarte y mejorarte. Y todo el tiempo está buscando afuera algo parecido a sus calles y sus paisajes para sentirse hermanado en la lejanía. Y yo le digo: quédate quieto, deja que yo haga ese trabajo
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