La reina Isabel II, enfrentada a la renuncia de dos de los miembros más jóvenes y populares de la realeza británica, acordó este lunes 13 de enero establecer un «periodo de transición» para que Enrique y Meghan abandonen sus funciones reales como desean.
«Hubiéramos preferido que siguieran trabajando como miembros de la familia real a tiempo completo», afirmó la monarca, de 93 años, al término de una reunión de crisis en su residencia de Sandringham, en el este del país. Pero aseguró que respetan y comprenden el deseo que tienen de vivir una vida más independiente como familia, sin dejar de ser una parte valiosa de la misma.
LEE TAMBIÉN
Mudanza de Meghan y Enrique revela relación tensa con la prensa
En la reunión estuvieron presentes la reina, su hijo Carlos -heredero al trono- y los hijos de éste, Guillermo y Enrique. Meghan participaría por teléfono tras haberse marchado la semana pasada a Canadá donde está con su hijo Archie, de ocho meses.
Conmocionando al país y sorprendiendo a la familia real, con la que no habían consultado, Enrique de 35 años y Meghan de 38, duques de Sussex, anunciaron la semana pasada que abandonaban sus funciones como miembros de primer plano de la realeza, pese a no renunciar a sus títulos nobiliarios y seguir «apoyando a la reina», pudiéndola representar si necesario en actos oficiales o el extranjero.
Explicaron que saldrían del sistema oficial de cobertura mediática, dividirían su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica y buscarían una poco clara «independencia financiera».
«Enrique y Meghan han dejado claro que no quieren depender de los fondos públicos en sus nuevas vidas», dijo la reina, al tiempo que explicó que se trata de «asuntos complejos de resolver» por lo que se acordó establecer un «periodo de transición» cuya duración no precisó. «Hay algo más de trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen decisiones finales en los próximos días», finalizó.
DW