Caracas.- El periodismo de opinión y la literatura han pedido en Venezuela una de las plumas más finas del siglo XX. Pablo Antillano dejó este mundo entre papeles, libros, familiares, amigos y muchas ilusiones de libertad. Su crítica siempre estuvo argumentada en los principios y los valores democráticos que heredó de sus padres.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp) anunció, a través de su cuenta de Twitter @SNTPVenezuela, el fallecimiento del periodista y politólogo Pablo Antillano.
Hace cuatro meses se supo que Antillano padecía de un adenocarcicoma metastásico, un tipo de cáncer de páncreas. Familiares y amigos organizaron una campaña con el fin de recaudar 50.000 dólares para costear un tratamiento que incluía quimioterapia, radioterapia e intervención quirúrgica. Para tal fin, Antillano requería una administración intravenosa de Nab-Paclitaxel (100 mg) y Gemcitabina (1000 g), medicinas de difícil obtención en Venezuela.
Antillano es recordado por su labor como periodista, crítico de cine y docente universitario. De verbo encendido por su formación de politólogo, egresado de la Universidad Central de Venezuela con maestría en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica de la Universidad George Washington en Washington DC, Estados Unidos.
Como consultor en comunicaciones, fue vicepresidente asociado de Proa Comunicaciones Integradas. También fue presidente de la empresa Voz y Visión por 12 años, donde desarrolló estrategias y campañas para una variedad de clientes en materia electoral, corporativa y publicitaria. También fue merecedor del Premio Nacional de Periodismo Cultural en 2000.