Caracas.- Desde hace dos años Andrés Bernal conduce el tranvía que cada semana traslada a los turistas en el interior de la Hacienda Santa Teresa, un lugar representativo para El Consejo, municipio Revenga del estado Aragua. El pasado jueves le tocó el turno a un grupo de comunicadores sociales de conocer la nueva ruta: Saca el pecho.
Bernal es un personaje silencioso que está detrás de cada recorrido en los que el ron, el calor, la alegría y las buenas historias son ingredientes principales. La primera vez que pisó la hacienda quedó deslumbrado por su belleza y al llegar a su casa le contó a su familia lo maravilloso que para él resultó el sitio que posteriormente los llevó a conocer. Esa misma emoción y respeto por este lugar es la que transmite este conductor de 46 años de edad, quien asegura estar contento de trabajar en esta empresa y se enorgullece al poder mostrar las bondades de la hacienda.
A las 10:30 am inicia la ruta Saca el pecho en la Casa Tovar, el lugar más representativo de la hacienda desde el punto de vista histórico, pues en este sitio se encuentra el primer alambique instalado en 1796 donde se comenzó a destilar alcohol. Al salir de ahí es momento de subir al tranvía y comenzar el recorrido.
Al ritmo de Rawayana, el vehículo conducido por Bernal traslada al grupo a la segunda parada, los tablones de caña, donde los asistentes conocen el tratamiento que recibe la caña de azúcar con la que posteriormente se realiza el ron. En este punto se contemplan los 1.194 chaguaramos que acompañan a las 300 hectáreas de caña de azúcar que posee la hacienda. La icónica foto no puede faltar.
Nuevamente en el tranvía continúa el recorrido. La siguiente parada es la destilería, donde se convierte la melaza en alcohol. La ruta sigue con una parada en las bodegas donde se almacenan los barriles de roble blanco americano y limosín francés en los que se envejece el ron que produce Santa Teresa. Una experiencia multisensorial que invita a descubrir más de cerca el ron Gran Reserva, protagonista de este recorrido.
Una nueva parada en la emblemática Cruz de Aragua, dibujada por los chaguaramos, recuerda la importancia del rugby para la hacienda. “Santa Teresa es terruño, una moderna destilería, el proyecto Alcatraz e historias familiares”, destaca uno de los guías. Ya es casi la 1:00 pm y nuevamente en el tranvía el grupo es llevado por Bernal al punto final del recorrido, la estación El Consejo, donde los asistentes disfrutan como parte de la ruta de un almuerzo, experiencia de coctelería y otras actividades de esparcimiento.
“He conocido gente de distintos sitios. Estar aquí es una buena experiencia tanto para nosotros como para ellos”, cuenta Bernal, para quien estos dos años trabajando en la Hacienda Santa Teresa representan oportunidad y calor de hogar. “Es mi segunda casa porque voy de aquí a mi casa y me siento bien”, dice.
Y así también lo siente Jesús Arrieta, uno de los integrantes del Proyecto Alcatraz que logró transformar su vida gracias a la oportunidad que le ofreció Santa Teresa, para quien la hacienda es perdón, esperanza y fe. De ser uno de los delincuentes que intentó asaltar la hacienda en 2003 pasó a ser ejemplo para muchos niños y jóvenes. Con una sonrisa, Arrieta recibe a todos los turistas que llegan a este lugar y sin pensarlo dos veces cuenta su historia con la que busca ser inspiración para jóvenes y adultos. “No fue un proceso fácil pero ahora estoy alegre”, dice con orgullo.
Actualmente el proyecto Alcatraz contiene equipos de alrededor de 80 personas, 2.000 niños que reciben clases de rugby, una liga sabatina con los mejores 300 niños, un equipo juvenil y otro de mujeres. El beneficio a la comunidad abarca aspectos como la renovación de espacios y alimentación de los niños que asisten a la hacienda a jugar Rugby. “A lo mejor ellos no vienen por eso lo importante son los valores, pero ver la alegría de los niños cuando les dan un plato de comida puede aportar a la comunidad hoy en día”, señala.
La ruta Saca el pecho
El recorrido que recientemente estrenó en la hacienda, denominado Saca el pecho, se realiza con grupos de 14 a 24 personas y tiene un costo de 80 dólares por persona. Jorge Mireles, gerente general de la Hacienda Santa Teresa, explicó que está orientada a jóvenes de entre 18 y 25 años, aunque lo pueden realizar personas de cualquier edad, y el objetivo es que puedan conocer a profundidad el ron Gran Reserva a través de diferentes actividades interactivas y con varias propuestas de coctelería.