El cantautor ofrecerá un concierto gratuito en Caracas el 15 de diciembre como parte de su gira “Ilan vuelve a casa”, que se extenderá hasta 2020

Ilan Chester tiene casi 50 años de carrera artística durante la cual no solo se ha dedicado a la producción de sus propios temas, sino también a la recopilación de música venezolana. Esta labor le hizo acreedor en 2010 del Premio Grammy en la categoría de Música Folclórica. En 2017 recibió otro Grammy, el Lifetime Achievement Award que otorga la academia a los artistas que han realizado contribuciones creativas de gran importancia durante sus carreras.

Pero Chester (abreviación de su apellido Czenstochowski) no solo le ha cantado a Caracas, al Ávila o a la venezolanidad, sino que también ha rendido tributo a sus creencias Hare Krishna. La producción Bhakti (Devotional chants from India) es una prueba de su fe. Sin embargo, las peticiones del público que le ha acompañado por más de tres décadas sigue pidiéndole éxitos como Es verdad, El destino o el infalible Canto al Ávila. Sigue dedicando Para siempre o Un querer como el tuyo.

Estos temas podrán ser disfrutados de nuevo y en vivo por el público venezolano, pues Ilan Chester regresa a Venezuela después de ocho años de ausencia y ofrecerá un concierto gratuito en la concha acústica de Bello Monte el 15 de diciembre de 2019. La presentación será el abrebocas de la gira Ilan vuelve a casa, que comprende conciertos en el interior del país para 2020.

Desea compartir su herencia cultural

—En el refranero popular venezolano, cuando alguien se despide más de una vez en un evento o reunión, la gente suele decir que «se ha despedido más que Ilan Chester». ¿Se siente a gusto con esta mención dentro del habla coloquial de su país?

La verdad es que me he despedido una sola vez, pero la bendita despedida se alargó porque fue organizada en distintos escenarios nacionales e internacionales. Siendo eso así, nuestro inventivo Laureano Márquez en un show en el Teresa Carreño, insinuando constantes despedidas, inmortalizó una fábula diciendo que alguien «se despide más que Ilan Chester». Me alegra por él y por esa historia.

—¿Qué lo trae de regreso a Venezuela? ¿Cómo se siente volver? ¿Qué espera encontrar?

Llego a Venezuela motivado por un genuino sentimiento de empatía. Siempre he sido una persona agradecida y entrando en una nueva (y quizás) etapa final de mi vida, quiero dedicarla a compartir no solo música, sino también la herencia cultural que he recibido de mi maestro espiritual. La antigua cultura espiritual de India ofrece una perspectiva muy profunda de la vida.

Hemos vivido con la idea de que solo existe una sola vida, que no hay nada antes de nacer ni después de morir y eso es como tener la conciencia de una pulga que vive en un escaparate y no tiene ninguna referencia de las posibilidades que existen fuera de ese escaparate. Habiendo estudiado la cultura ancestral del Yoga desde que tengo 20 años, considero que es mi obligación compartirla. Esa es mi manera de ser recíproco con un público leal y amoroso. La verdad es que no vengo con expectativas, vengo inspirado con la idea de dar, y quizás lo único que necesito son los oídos de aquellos que escuchan mi música.


La antigua cultura espiritual de India ofrece una perspectiva muy profunda de la vida

Ilan Chester, músico y cantautor venezolano

Al pensar en Ilan Chester, el público venezolano podría pensar en una única arista como cantautor y máximo exponente de las baladas en 1980. Pero el alcance de Ilan, un hombre con la madurez ganada durante 67 años de vida, va más allá.

Residenciado en Estados Unidos, no ha dejado nunca de presentarse en múltiples escenarios de ciudades de Canadá, España y Estados Unidos, sin dejar nunca de lado su compromiso con el Yoga devocional. Por esta razón, Chester no solo tiene la intención de cantarle al público que lo ha acompañado siempre, sino también generar encuentros, talleres y conferencias en todo el país para compartir sus conocimientos en esta práctica milenaria.

El artista y su nivel de conciencia

—¿Cuál debería ser la labor del artista en este mundo, además de entretener?

Cada quien nace con una tendencia. Ser un músico ya es una labor social. La gente lucha por existir y el músico, así como también el pintor, el escultor y el poeta (que también están en esa lucha) muchas veces logran aliviar la carga del resto de la sociedad. Por eso en ocasiones son puestos en un pedestal y son adorados. La gente se siente agradecida. El problema es que esa relación implícita de aliviar cargas y el logro de la adoración pública ha degenerado, con el tiempo, en una relación vanidosa y superficial.


Ser un músico ya es una labor social

Ilan Chester, músico y cantautor venezolano

Artistas como Händel y Bach inspiraban el acercamiento a Dios a partir de sus trabajos musicales. La música folclórica despierta amor por el país, el New Age como género musical eleva un tanto el nivel de la conciencia, pero hoy la música popular en el mundo tiene su lugar en los sentimientos de frustración y eso se refleja en los productos que se generan. La atención está centrada del ombligo para abajo y uno de los resultados es «el perreo», que no es más que un baile que emula a los perros apareándose. Toda manifestación artística es un reflejo del estado de conciencia del artista.

—¿Diría que en Venezuela hay también una crisis espiritual?

Es evidente, aunque no solo se trata de Venezuela. El planeta está cada vez más convulsionado. Pareciera que estamos avanzando porque las comunicaciones son más eficientes. Y cuando hablamos de crisis espiritual pareciera que nos referimos a la ausencia de los de rosarios y las visitas a los templos y confesionarios. La crisis espiritual comienza a partir de no tener la más mínima idea de quiénes somos y qué hacemos caminando por este planeta. Dentro del condicionamiento que estamos experimentando, hemos concluido que solo tenemos varios años de vida, que la buena vida comienza a los 40 y que tener éxito básicamente se resume en recaudar dinero para consumir lo prestigioso, comer sabroso y asegurar una buena relación sexual. La vida humana es una gran oportunidad para resolver el problema existencial y volver conectarnos, re-ligarnos a la fuente de todo lo que existe.

—¿Qué cosas le inspiran a crear? ¿Cómo ha evolucionado su proceso creativo a lo largo de su carrera artística?

Soy un apasionado de la belleza, y por ser hipersensible me emocionan mucho los escritos amorosos dedicados a Krishna, la Suprema Persona. Me afectan positivamente los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, los bailes de los judíos ortodoxos, las danzas Dervish de la orden Sufí y la sentida música de Juan Luis Guerra. Con los años he aprendido a quererlo todo, inclusive lo feo. El proceso creativo es fascinante: una frase, una melodía, un acorde, la selección de sonidos, los arreglos, la orquestación, el estudio de grabación. Cuando surge una idea que me motiva, aparece un huracán de pensamientos y sentimientos que tengo que poner en orden, y luego ese orden genera una canción.

“Es el mismo soñador”

—¿Cómo han influido sus raíces judías y el Krishna como disciplina en su modo de componer?

Es evidente que estas culturas han influenciado en mi manera de componer, pero también tengo fuerte influencia del blues, de la música inglesa, de la música de ordeño de Simón Díaz, de Tito Rodríguez, de Stevie Wonder, entre otras.

—¿En qué se diferencia el Ilan Chester de los ochenta del actual?

Es el mismo soñador, pero más curtido y centrado. Ya era hora.

—¿Qué producción musical, de todas las que ha realizado, es la que más le ha gustado?

Cada producción que termino es la que más me gusta. La experiencia de trabajar los Cancioneros venezolanos y Tesoros de la música venezolana hizo que me enamorara más de Venezuela, pero Symphony of the Soul, con material sagrado en las lenguas del sánscrito y el bengalí, orquestado por el gran Tulio Cremisini y con los arreglos vocales de César Alejandro Carrillo, es mi favorito.

—¿Con qué artistas le gustaría hacer un dueto o agrupación?

Responder esto me lleva al recuerdo de mi esposa, Merci Mayorca, quien falleció en marzo del año 2018. Nosotros teníamos pendiente cantar a dúo una canción que a ambos nos gustaba mucho. Se trata de la canción Lo feo. Pero no se pudo. Sin embargo, este año realicé la canción con las voces de mi querida María Rivas y con M. V. Caldera, quien tiene una forma privilegiada de expresión vocal. Fue un homenaje interno a Merci y una despedida a María.

—Usted ha ganado dos Latin Grammy. ¿Qué significan los premios dentro de su filosofía de vida?

Tengo sentimientos encontrados con ese tema. Soy una persona agradecida, y que haya sido premiado en dos oportunidades, siendo uno de los premios el de la excelencia musical, sin duda me hace sentir muy bien. Todos hacemos lo que hacemos por una necesidad de ser amados, y yo obtuve mucho amor y reconocimiento en mi carrera, pero no me siento cómodo con ser honrado en medio de marcas de hamburguesas y cervezas. Pero nada es perfecto en este mundo, y si voy a jugar, yo debo respetar las reglas del juego.

—¿Tiene algún proyecto en curso?

Mi proyecto es compartir mi música de aquí a marzo del año que viene en Venezuela y organizar conferencias relacionadas con mi aprendizaje y mis convicciones.


Todos hacemos lo que hacemos por una necesidad de ser amados, y yo obtuve mucho amor y reconocimiento en mi carrera

Ilan Chester, músico y cantautor venezolano

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