La desafección de Game of Thrones por sus protagonistas, a los que ha ido matando sin miramientos durante ocho temporadas, ha sido una de las claves del enganche de sus seguidores. Estos son los diez personajes, vivos y muertos, que más huella han dejado en la saga de HBO.
Danaerys Targaryen
Los fanáticos de la serie han visto como la niña de aspecto angelical se convertía en Madre de Dragones y han sucumbido ante su historia de mujer hecha a sí misma. Su reciente transformación en asesina de masas ha enrabietado a los seguidores, que siempre perdonaron su lado oscuro.
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Personifica a la perfección la fórmula de violencia, venganza, familia, intrigas, guerra y sexo que hace única la saga de George R.R. Martin y pase lo que pase, para gran parte de los fieles seguidores de la saga, siempre será la legítima heredera al trono.
Jon Snow
Si Danaerys personifica la mujer hecha a sí misma, el hasta ahora bastardo de la casa Stark, es el arquetipo de hombre de buen corazón y grandioso destino. Aunque no ha demostrado grandes habilidades para la guerra, es uno de los personajes más queridos por el público y uno de los favoritos para sentarse en el Trono de Hierro.
Tyrion Lannister
Su inteligencia le ha salvado en numerosas ocasiones de morir y su carácter de buenazo le ha hecho destacar por algo más que su físico en una familia de sanguinarios un tanto disfuncional. Su personaje es uno de los más carismáticos de la saga y seguramente perseguirá a Peter Dinklage el resto de su vida.
Cersei Lannister
La matriarca de hierro de los Lannister es un personaje sin escrúpulos, que aún así haría cualquier cosa por amor a sus hijos. Es uno de los personajes que más odio ha concitado entre los seguidores de la saga, moriría antes de dar su brazo a torcer y así parece que ha sido hasta el final.
Jamie Lannister
Su transformación ha cautivado a sus detractores: de mantener una relación incestuosa con su hermana y tirar niños por la ventana, pasa a convertirse en un noble caballero (y amante) de Brienne, un arco argumental envidiable que le ha permitido cambiar su signo de villano a hombre de bien.
Arya Stark
La niña con ademanes de ‘chicazo’ de la primera temporada se convierte en una de las más diestras asesinas en escena, que además, salva a todos del Rey de la Noche. Entre sus mil caras conviven la hermana que trata de proteger a su familia con la fría asesina que busca venganza por la muerte de su padre. El último capítulo parece que le reserva un papel especial.
Sansa Stark
La niña bien de los primeros capítulos se ha convertido en una justa y sensata reina de Winterfell, previo paso por la más terrorífica de las pesadillas. Ha sobrevivido a Cersei, Joffrey y Meñique, y en el camino ha ganado la astucia e inteligencia para convertirse en uno de los personajes más respetados.
Ned Stark
Era el personaje que más carga argumental tenía a sus espaldas y desapareció a mitad de la primera temporada, avanzando lo que sería la tónica de la serie. Su carácter justo marcó el del resto de sus hijos y su inesperada muerte, a manos del sociópata de Joffrey Lannister, es el detonante para el estallido de la guerra.
Littlefinger
El más brillante urdidor de intrigas de Game of Thrones tuvo un trágico final a manos de Sansa y Arya, para deleite del público. En el camino se quedó uno de los más oscuros villanos y un firme candidato a ocupar el Trono de Hierro.
Hodor
El popular gigante de las primeras entregas siempre fue un hombre de pocas palabras, pero su afabilidad cautivó al gran público y un personaje que parecía anodino se convirtió, con su épica muerte, en un elemento fundamental de la trama con un nombre que recordará todos los fanáticos de la saga.