Por Lisbeth Barboza Ruíz
Coro.- Son 492 años de la fundación de Santa Ana de Coro. El argumento de ser la raíz de Venezuela no le ha bastado a los gobernantes para dar continuidad a los trabajos que ellos han iniciado en períodos anteriores. Los habitantes de la primada ciudad levanta las copas rotas como para no dejar pasar la fecha y así ahogar la pena del abandono.
La ciudad primogénita de América en tierra firme cumple este 26 de julio 492 años de su fundación. La historia da testimonio del encuentro de dos mundos, representado por el conquistador Juan de Ampíes y el cacique del asentamiento aborigen Manaure. Es nombrada Santa Ana por la costumbre española de colocar el nombre del santoral de acuerdo con el día de la creación, seguido del nombre original del poblado, en este caso Coro, que significa en lengua caquetía: viento.
Los habitantes de la capital política del estado Falcón están en la espera de obras que permitan el desarrollo económico y turístico. Concuerdan en que “Coro merece más” de sus ciudadanos y también de sus gobernantes, quienes la remozan para cada aniversario, sin atender las demandas y problemas, entre ellos la pésima calidad en los servicios públicos, calles llenas de huecos y el área de resguardo del patrimonio de la humanidad que se viene al piso.
Coro fue la ciudad desde donde se gestó el movimiento precursor de la Independencia de Venezuela en 1811 con la llegada de Francisco de Miranda por el puerto de La Vela y durante la primera república, el movimiento Federal con Juan Crisóstomo Falcón a la cabeza.
Los habitantes de la ciudad cumpleañera son los primeros que demandan. Vecinos de varios sectores populares del suroeste de Coro, entre ellos La Florida, Pueblo Nuevo, 28 de Julio y Cástulo Mármol Ferrer, declararon a El Pitazo no estar de acuerdo con el alcalde del municipio Miranda, Pablo Acosta, cuando se refiere a que “todo está listo» para celebrar los 492 años de fundación de Coro, pues reclaman que esta ciudad es más que unos cuantos metros de avenidas remozadas.
Carmen Pinto, vecina del sector Bobare, dice: «Coro son sus barrios y la gente que vive en ellos, quienes esperan que les tiendan la mano para elevar la calidad de vida que se ha visto disminuida en los últimos 10 años«.
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A CARACAS LA HACE SU GENTE
Freddy Miquilena, dirigente vecinal, dijo: “Aquí no hay nada que celebrar, porque nuestra realidad diaria es contraria a lo que el alcalde y sus acólitos manifiestan. Coro sufre un desgate de gobierno que se aprecia en sus calles con huecos, aguas servidas por doquier, basura en cada esquina, semáforos fuera de servicio, un inservible alumbrado público en las avenidas principales y, sobre todo, los malos servicios públicos como el gas, el agua, la electricidad y las comunicaciones que dejan en entredicho la celebración de la ciudad mariana”.
Declaró Miquilena que la ciudadanía cohabita entre quebradas sucias que mantienen enfermos a niños y adultos, quienes no encuentran medicamentos en los ambulatorios y a quienes se les hace cuesta arriba adquirir los alimentos, lo que, a juicio del dirigente comunal, “demuestra la ineficiencia de un gobierno que vive de las apariencias”.
Invitó al alcalde y a su equipo de gobierno a visitar los barrios en Coro, a “no creerse que Coro es solamente la avenida Chema Saher o el paseo Monseñor Iturriza”, y alega que desde la urbanización Los Médanos (Fundabarrios), pasando por La Velita, La Cañada, Zumurucuare, Cruz Verde, Curazaito, Las Panelas, Ezequiel Zamora, El Calichal, La Florida, San Nicolás, Pantano Centro, Concordia, Cabudare, Los Claritos, Monteverde, Cástulo Mármol Ferrer, Duvisí, Chimpire, San José, 5 de Julio, Josefa Camejo, Independencia, Las Trincheras y otras que pertenecen geográficamente al municipio Miranda, merecen vivir con decencia y contar con el respeto de sus autoridades.
Coro sigue en la espera apacible, bajo la lupa permanente de la Unesco que aún no la saca de la lista de ciudades patrimoniales en peligro.