Guanare.– Entre el 15 y el 18 de febrero próximo será presentada en Venezuela, en asamblea de clérigos católicos, la Asociación Internacional de Exorcistas. El evento es organizado por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y tendrá como sede el antiguo Seminario Diocesano de Guanare, en el estado Portuguesa, de acuerdo con lo informado por la oficina de prensa del episcopado.
¿En qué consiste el rito del exorcismo y en qué lo fundamenta la Iglesia Católica? Es la pregunta que se hacen en las redes sociales desde que se hizo público el anuncio, este lunes, 10 de enero.
El exorcismo constituye una antigua y particular forma de oración que emplea la Iglesia contra el poder del diablo. «Es una expresión importante, pero no la única, de la lucha contra el maligno», se explica en el informe El Nuevo Rito de los Exorcismos, presentado en la Santa Sede en 1999 por el cardenal Medina Estévez, para ese momento, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y aprobado por el sumo pontífice, San Juan Pablo II. Fue, en ese año, cuando la Iglesia católica realizó la primera actualización a fondo de las reglas sobre el exorcismo desde el año 1614.
Con base en ese documento, presentamos un resumen sobre cómo lo explica el Catecismo de la Iglesia Católica, en qué consiste el exorcismo y cómo se lleva a cabo.
Petición con autoridad: Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra la influencia del maligno y substraído de su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó; de él deriva a la Iglesia el poder y la tarea de exorcizar.
Permiso eclesiástico: El exorcismo se practica durante la celebración del bautismo. El exorcismo solemne, llamado «gran exorcismo», puede ser practicado sólo por un presbítero con el permiso del obispo diocesano, autorización que puede ser concedida para un caso específico o de un modo general y permanente al sacerdote que ejerce en la diócesis el ministerio de exorcista. Es decir, cada jurisdicción eclesiástica tiene un presbítero designado para ello.
Expulsar a los demonios: El exorcismo tiene como objeto expulsar a los demonios o liberar de una influencia demoníaca, mediante la autoridad que Jesús ha dado a su Iglesia.
No cura enfermedades: Muy diferente es el caso de enfermedades, sobre todo psíquicas, cuya curación pertenece al campo de la ciencia médica. Es importante, por lo tanto, asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, que se trate de una presencia del maligno y no de una enfermedad (cf. Código de Derecho Canónico, c. 1172) (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1673).
Posesión diabólica convincente: El ritual del exorcismo señala diversos criterios e indicios que permiten llegar, con prudente certeza, a la convicción de que se está ante una posesión diabólica. Es solamente entonces cuando el exorcista autorizado puede realizar el solemne rito de exorcismo.
Indicios de obsesión diabólica: Entre los criterios indicados de obsesión diabólica se encuentran: el hablar con muchas palabras de lenguas desconocidas o entenderlas; desvelar cosas escondidas o distantes; demostrar fuerzas superiores a la propia condición física, y todo ello juntamente con una aversión vehemente hacia Dios, la santísima Virgen, los santos, la cruz y las sagradas imágenes.
Incentivo al pecado: La obsesión tiene características de espectacularidad; en ella el demonio se apropia, en cierto modo, de las fuerzas y de la actividad física de la persona que sufre la posesión. No obstante, esto, el demonio no puede adueñarse de la libre voluntad del sujeto, lo que impide el compromiso de la libre voluntad del poseído, hasta el punto de hacerlo pecar.
Influjo de Satanás: El rito del exorcismo propiamente dicho debe realizarse sobre una persona obsesa. Sin embargo, hay oraciones que debe decir públicamente un sacerdote, con el permiso del obispo, cuando se juzga prudentemente que existe un influjo de satanás sobre lugares, objetos o personas, sin llegar al nivel de una posesión propiamente dicha. En el ritual se prevé, además, una serie de oraciones que pueden ser dichas privadamente por los fieles, cuando sospechan con fundamento que están sujetos a influjos diabólicos.
Partir de la fe: El exorcismo tiene como punto de partida la fe que profesa la Iglesia, según la cual existe satanás y los otros espíritus malignos, y que su actividad consiste en alejar a los hombres del camino de la salvación. La doctrina católica enseña que los demonios son ángeles caídos a causa del propio pecado; que son seres espirituales con gran inteligencia y poder: «El poder de satanás, sin embargo, no es infinito».