Alison Cabrera, Antonio Andrade, Yojaibert López y Angélica Sánchez contaron a El Pitazo cómo ha sido ver los inicios de una inflación y escasez de productos en Estados Unidos y Europa, luego de haber vivido en carne propia la crisis económica de Venezuela, uno de los hechos que los obligó a migrar
Venezolanos que migraron a Estados Unidos y Europa aseguran que ahora se enfrentan al alza del costo de servicios y la escasez de algunos productos, un hecho derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania. Afirman que la crisis económica que vivieron en Venezuela los preparó para esta nueva circunstancia. Lo han comprobado en las últimas semanas con la escalada de los enfrentamientos en Europa del este.
Según informó en febrero 2022 la Plataforma de Coordinación para Migrantes y Refugiados Venezolanos (R4V), 6.041.690 venezolanos viven en el extranjero. Muchos de ellos decidieron migrar entre 2017 y 2018, debido a la fuerte escasez de alimentos.
Antes de la invasión de Rusia a Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, la economía de Estados Unidos experimentó un alza en la inflación interanual de 7.9 %, según informó la Oficina de Asuntos Laborales de ese país. Además, los precios de la gasolina, crudo, electricidad y gas natural se dispararon 25,6 % el mes pasado.
Cuando llegué a Nueva Jersey, en 2020, gastaba 100 dólares en mercado y ahora gasto 200 dólares comprando menos cosas
Alison Cabrera, venezolana residente en Nueva Jersey, EE. UU.
En España, la inflación superó los 7.6 %, la más alta desde 1986, producto del impacto económico de la guerra provocado por el gobierno de Vladimir Putin. El Consejo de Ministros de la nación ibérica aprobó un plan que inyectará 16.000 millones de euros de recursos públicos, 6.000 millones de ellos en ayudas directas y rebajas de impuestos, y 10.000 a través de una nueva línea de avales gestionados a través del ICO.
«¿Cree que podría compararse a lo que vivió en Venezuela?», fue una de las preguntas que les hizo El Pitazo a Alison Cabrera, Antonio Andrade, Yojaibert López y Angélica Sánchez, migrantes venezolanos en Estados Unidos, España y Alemania que, tras dejar su país, ahora enfrentan una nueva crisis generada por la invasión de Rusia a Ucrania.
De tener dos autos a solo usar uno
Los precios de la gasolina en Estados Unidos alcanzaron sus niveles más altos desde 2008, debido a que las sanciones mundiales impiden la exportación de petróleo por parte de Rusia. Esto ha ocasionado que en algunos estados del país norteamericano se generen filas de autos para surtirse de combustible a precios elevados, un hecho que les resulta familiar a los venezolanos Alison Cabrera y Antonio Andrade.
Alison Cabrera, nombre que se colocó para resguardar la identidad del entrevistado, aseguró que en Estados Unidos se ha visto un incremento en el precio de la gasolina, pero que la inflación del país también ha marcado una diferencia al momento de comprar los víveres. «Cuando llegué a Nueva Jersey, en 2020, gastaba 100 dólares en mercado y ahora gasto 200 dólares comprando menos cosas», precisa.
«Es una locura; aquí en Nueva Jersey está en cinco dólares el galón de gasolina. También han bajado los empleos, no sé si es porque las empresas tienen miedo de que deban incrementar los salarios y luego no puedan pagarles a los empleados», afirma Cabrera.
Por su parte, Antonio Andrade, de 28 años, dice que en Miami, Florida, el aumento de gasolina fue más agresivo y por ello han tenido que tomar la decisión de no utilizar tanto sus vehículos. «No considero que haya escasez de gasolina, pero las personas sí fueron en avalancha a surtirse. Si en la familia hay dos carros, se trata de usar solo uno. El año pasado podíamos llenar un tanque con 18 o 20 dólares y ahora sobrepasa los 40 dólares«, destaca.
Si en la familia hay dos carros, se trata de usar solo uno. El año pasado podíamos llenar un tanque con 18 o 20 dólares y ahora sobrepasa los 40 dólares
Antonio Andrade, venezolano que vive en Florida
Ambos coinciden en que haber vivido en Venezuela los preparó para afrontar este tipo de situaciones. Pese a que la idea de que puedan tener que enfrentar una crisis nuevamente no es de su agrado, se sienten tranquilos porque el país que los recibió los ha llenado de oportunidades.
«Creo que uno está psicológicamente adaptado a lo que vivimos en Venezuela y eso nos ha preparado para lo que podría ocurrir. Uno no quiere pasar por la misma situación. Irse de un problema para entrar en otro no es justo, pero el venezolano ya está preparado», apunta Cabrera.
Cinco litros de aceite por persona
El 70 % del aceite de girasol que se comercializa en España es importado directamente desde Ucrania. El conflicto por el que atraviesa ese país ha impedido que se continúen las exportaciones. «Las empresas tienen stock de aceite de girasol para dos o cuatro semanas», asegura el secretario general de la Asociación Española del Dulce, Rubén Moreno, a 20 minutos.
Yojaibert López, quien tiene 32 años residiendo en Tenerife, en las islas Canarias, comenta que al acudir a los supermercados para comprar aceite de girasol se ha topado con la sorpresa de que solo pueden adquirirse cinco litros por persona. «Aquí la gente acostumbra a usar más el aceite de oliva, pero al ver que este producto comienza a faltar, entonces se los llevan y también han aumentado sus precios», manifiesta.
«La verdad me preocupa porque estamos en una isla y todo aumenta mucho de precio. Al subir, igualmente, el precio de la gasolina, también se elevan los precios de los productos debido al combustible que usan para traerlos. Los servicios se suben cada día y la gente está algo nerviosa», asegura López.
Al subir el precio de la gasolina, también se elevan los precios de los productos debido al combustible que usan para traerlos
Yojaiber López, venezolano que vive en Islas Canarias, España
Por otro lado, los venezolanos en Alemania aún no han notado directamente las consecuencias del conflicto entre Ucrania y Rusia, pero sí se están preparando para tener que afrontar aumentos de precios en un futuro cercano. Angélica Sánchez, de 25 años, comenta que ella «se encerró en una burbuja«, porque al migrar en 2018 quiso olvidar los temas políticos y la crisis que vivió en su país, pero está consciente de que son situaciones inevitables.
«Aquí, por los momentos, todo está normal. Intento no estar todo el día al tanto de las noticias sobre lo que ocurre, porque quiero estar tranquila en mis actividades. Sí sé lo que está pasando y que eso les puede traer consecuencias a países europeos, pero hasta ahora en Alemania todo está normal y la gente está tranquila», señala.