Las fallas en el instituto de previsión que protegía a los docentes décadas atrás son evidentes: los afectados, que aportan 6 % de sus salarios, denuncian que no les ofrecen un servicio de calidad ni mucho menos preventivo. La profesora Karina Ruiz cuenta su caso, que coincide con los miles de afiliados que diariamente piden citas médicas con la esperanza de ser atendidos algún día

El domingo 22 de enero de 2023 la docente Karina Ruiz llegó dolorida a solicitar una consulta en el Instituto de Previsión y Asistencia Social para el personal del Ministerio de Educación (Ipasme) de la esquina Sagrado Corazón de Jesús, en la parroquia la Candelaria de Caracas, pero nadie la atendió. Como esa vez, son muchas las oportunidades en que ha asistido a este centro en busca de atención médica sin un resultado favorable.

Contrario de lo que cuenta esta docente con 17 años de experiencia, el Ipasme asegura en sus redes sociales que brindó atención integral a 1.732.910 personas en sus unidades regionales y también efectuó jornadas médicas integrales de despliegue nacional a 53.592. También indica que fueron intervenidas con cirugías oftalmológicas 14.278 pacientes y otros 4.434 con cirugías generales durante 2022.

Docentes y trabajadores públicos lideraron más de 600 protestas en enero por mejores salarios

Ruiz atraviesa una condición emocional compleja debido a que su madre falleció hace 27 días y su estado de salud se complica debido a las patologías físicas que padece, situación que se agrava por devengar un salario que no cubre sus necesidades básicas.


Las veces que me he dirigido al Ipasme no me han atendido. Tengo cuatro meses buscando una cita

Karina Ruiz, docente

A la educadora se le diagnosticó desvío cervical, una hernia discal, desgaste de cartílago en el brazo derecho por escribir y reumatismo; además, señala que padece depresión laboral.

“No estoy estable a nivel de salud, tanto emocional, psicológica ni física”, cuenta la educadora, quien se ha dedicado a trabajar para el Estado venezolano en instituciones adscritas al Ministerio de Educación y el Gobierno del Distrito Capital.

“Lamentablemente, las veces que me he dirigido al Ipasme no me han atendido, por lo que he tenido que ir a otro centro y luchar para que me brinden la atención”, añade la docente.


Necesito citas con un internista, con un cardiólogo, con traumatología y odontología

Yslenis Pulido, dirigente sindical del gremio docente

Un instituto de previsión completo

La coordinadora de la Unidad Democrática del sector Educativo, Ofelia Rivera, destaca que el Ipasme era el único instituto del país que contaba con los cuatro sistemas prestacionales de seguridad social, que iban desde la salud, crédito, recreación y prevención, lo que –a su juicio– lo convertía en el ente más completo para garantizar la seguridad social de los educadores.

“No solamente salud en materia preventiva o de asistencia médica, sino que también contaba con un eficiente sistema de crédito, vivienda, recreación y protección ante enfermedades especiales, como lo era el programa de interconvenio, que les daba la opción de acceder a lentes, prótesis o cantidad determinada de dinero que les permitía cancelar algunos servicios médicos fuera del Ipasme”, explica Rivera.

Los amplios servicios y beneficios del Ipasme no funcionan, puesto que las 64 unidades de atención que había en el país ya no se encuentran operativas. Tampoco los programas para atender a las comunidades rurales y la asistencia médica a domicilio para los maestros que no se podían mover de sus viviendas.


Todo el sistema preventivo de atención en el Ipasme se perdió

Ofelia Rivera, coordinadora de la Unidad Democrática del sector educativo

Rivera enfatiza que cada uno de los servicios que brindaba este ente fueron deteriorándose estructuralmente o fueron suprimidos, como los créditos habitaciones o personales.

Mientras los maestros denuncian la decadencia del Ipasme, para este año 2023 se autorizaron 837.347.782 bolívares para este ente, según señala la Ley de Presupuesto de la Nación, presentada en diciembre ante la Asamblea Nacional chavista y publicada por el medio TalCual. Ese monto representa unos 48 millones de dólares, calculados a la tasa del mes de diciembre de 2022.

Con ese dinero se podrían pagar unas 969.713 citas médicas, si se calculan a un precio de 50 dólares cada una, como promedian las consultas no especializadas en el sector privado. Sin embargo, el presupuesto asignado al Ipasme no solo se destina al pago de especialistas, sino a los demás gastos de la institución, como infraestructura e insumos médicos, entre otros.

Necesitar atención psiquiátrica y no tenerla

Raquel Figuera, dirigente sindical de la Federación Colegio de Profesores de Venezuela, aseguró que un docente que no tenga las condiciones de vida justa, que sea sostén de hogar y tenga dos o tres empleos para poder complementar los gastos domésticos y alimenticios requiere de un especialista en psiquiatría que lo ayude a tratar con el estrés y las condiciones psicosociales de los educadores.

“El Ipasme no sirve, no es la misma institución que teníamos años atrás. Ahorita no contamos con eso”, dice Ruiz al comparar con años anteriores, cuando era maestra suplente y aún así podía disfrutar de más servicios médicos que en la actualidad.


No tenemos el Ipasme, ni el HCM, ni tenemos servicio funerario

Raquel Figuera, dirigente sindical de la Federación Colegio de Profesores de Venezuela

Karina Ruiz, además de sus dolencias físicas, se enfrenta a ataques de ansiedad y dificultad para dormir, pero ante su extensa lista de condiciones médicas ella solo clama por una cita con un especialista en psiquiatría, la cual considera que es la que requiere con mayor urgencia.

“Tengo cuatro meses buscando una cita en el Ipasme para que me vieran por el servicio de psiquiatría, pero tristemente nunca me pudieron atender y ahora llego con crisis”, narra la especialista en dificultad de aprendizaje.

Pocas citas médicas

Yslenis Pulido, dirigente sindical de los educadores, denunció que es difícil conseguir una cita médica. Cuenta que en su casa tiene una colección de órdenes médicas que, pese a tener su papel sellado y firmado, no ha podido concretar.

“Necesito citas con un internista, con un cardiólogo, con traumatología y odontología. Lo único que me he podido hacer es exámenes de sangre y me pudo ver la ginecóloga el año pasado, pero no hacen citología ni nada de esas cosas”, sentencia la vocera sindical Pulido.


Enfrento crisis emotiva inducida por la pérdida de un familiar, depresión laboral y no estoy estable

Karina Ruiz, docente

“Todo el sistema preventivo de atención en el Ipasme se perdió. Este tipo de consultas ambulatorias garantizan que puedas atender aproximadamente 75 % de las patologías a nivel nacional, con lo cual solo quedaría 25 % que estaría dirigido a la atención especializada y las operaciones”, acota Rivera.

Los talleres de fisiatría, prevención, uso de la voz y capacidad auditiva para atender estas condiciones de manera preventiva tampoco se están brindando.

“El Ipasme tiene un grave problema en la infraestructura porque el mantenimiento de las unidades médicas se hace a través de cadenas de frío y eso no ha sido atendido”, advierte la también dirigente sindical.

En las protestas en las calles, los docentes aseguran que contar con un servicio tan completo como el Ipasme les garantizaba tranquilidad para su vejez, algo que, según denuncian, ya no es posible.


El Ipasme tiene un grave problema en la infraestructura

Ofelia Rivera, coordinadora de la Unidad Democrática del sector educativo

La dirigente sindical Figuera destacó que el declive en los servicios del Ipasme comenzó en 2004 cuando politizaron la institución y le añadieron una visión partidista, junto al declive de los salarios de los profesionales médicos que se vieron forzados a emigrar.

“No tenemos el Ipasme, ni el HCM, ni tenemos servicio funerario”, puntualizó Figuera, quien dedicó 35 años de su vida a la docencia y ahora no cuenta con un servicio que le permita atender las patologías desarrolladas por su profesión.

A los docentes venezolanos, adscritos al Ministerio de Educación, se les descuenta el 6 % de sus salarios por concepto de afiliación al servicio del Ipasme.


El Ipasme no sirve, no es la misma institución que teníamos años atrás

Karina Ruiz, docente

El Pitazo solicitó una entrevista a la oficina de Relaciones Institucionales del Ipasme para conocer su posición y respuesta sobre los hechos denunciados por los educadores, pero a la fecha de publicación de este trabajo aún no la han concedido.

Los maestros venezolanos claman por la habilitación de las sedes del Ipasme y esa es una de sus principales demandas en las protestas que han protagonizado desde el año pasado, donde también exigen un salario digno, la renovación de su contratación colectiva y que dejen de amedrentar e intimidar a los docentes que han decidido salir a las calles a reclamar sus derechos.

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