La movida salsera está más vigente que nunca, y por ello cada semana se conocen más lugares para disfrutar a plenitud este género musical. La parroquia 23 de Enero cuenta con varios lugares bailables donde la gente se reúne los fines de semana para demostrar el fuego que llevan en la sangre y que brota por sus pies
Cae la tarde y esa es la señal para que las parejas se reúnan entre los bloques 18 y 19 del 23 de Enero, en Caracas, y conviertan el espacio que llaman La Cañada en una gran pista de baile. Suena No hay manera, Filomena, de la orquesta Mulenze, y las mujeres y hombres comienzan a mover sus cuerpos al ritmo de la salsa. Ese uno, dos, tres los hace ir, venir y girar hacia los lados.
En ese grupo de bailarines está Freddy Díaz, quien viste una camisa de color lila con una foto de «el Sonero del Mundo», Oscar D’León, un pantalón blanco y unos zapatos a juego.
Este caraqueño de 58 años asiste cada viernes, sábado y domingo, decidido a bailar, y lo hace en compañía de su esposa, Martha Rodríguez. Junto a ella hace un recorrido, y no solo visitan La Cañada, sino que también van al bloque 34 y bailan en un negocio llamado Bodegón Donde Maita.
Desde niño me ha gustado el baile, la salsa. Es la que te lleva a moverte, te llena de pasión y hace que el movimiento del baile salga solo
Freddy Díaz, bailador
Ver bailar salsa a Freddy y a Martha es un espectáculo. Los pasos hacen que sus pies se deslicen con gracia, lo que Freddy aprovecha para levantar uno de los suyos hacia atrás y golpear el piso con la punta del zapato, como quien marca el ritmo. Es como una coreografía que han estudiado.
“Desde niño me ha gustado el baile, la salsa, y tengo bajo mi control una orquesta llamada La Séptima Armonía, algo que hago con gusto y pasión. Es como mi deporte”, señala mientras de fondo suena “Si tú me quieres te adoraré. Oye, mira cómo baila usted”, que es el coro de Irimo de la Dimensión Latina.
Díaz no para de bailar y aprovecha que sus zapatos blancos lo ayudan a desplazarse con gracia para dar buenos pasos y salir de lo tradicional del baile de la salsa. Con ese mismo ritmo cuenta que sus cantantes favoritos son Héctor Lavoe, Ismael Rivera y Oscar D’León. Por eso decidió llevar ese día su camisa de «el Sonero del Mundo».
Los viernes, sábados y domingos comienza la fiesta en el 23 de Enero alrededor de las 6:00 p.m., y la convocatoria la hace uno de los abastos de la zona que se llama Pa’ La Cañada. Desde hace siete años este espacio se llena de música, y en la pista de baile improvisada, los amantes de la salsa se mueven, gozan y sudan entre los bustos de próceres venezolanos que están en medio de la plaza.
A las 8:00 p.m. había en el sitio un poco más de 100 personas, y en ese momento sonó Con la punta del pie, de Gloria Mantancera: “Dime si llegué a tiempo para la ruuuumba, pues traigo aquí un cantar para el bembé”. Este fue el impulso para que al menos 20 parejas se sumaran a mover sus cuerpos y sus pies al ritmo de la salsa.
“La salsa lo es todo”, afirma Freddy, y sostiene que respeta todos los géneros musicales. Recuerda que su gusto por la salsa comenzó durante su niñez en Propatria, en la parroquia Catia y luego en el 23 de Enero.
Estos espacios son culturales y de esparcimiento. Vienen y bailan aquí normal, nadie los molesta
Alejandra Aranda, creadora de contenido de Rumbas en el 23
Destaca que lo bueno de rumbear en esta parroquia es que ponen salsa brava. “Es dura, durísima, que es la que te lleva a moverte, te llena de pasión y hace que el movimiento del baile salga solo. ¡El 23 de Enero es lo máximo para bailar salsa! ¡Los invitamos!”.
El ambiente en la parroquia es tranquilo y no se registran inconvenientes entre los asistentes, dice. En el lugar, la edad promedio de los asistentes es de 50 años. “Nadie se mete con nadie y la pasamos fenomenal”.
Después de cinco horas de salsa y rumba confiesa que cuando llega a su casa, en el bloque 36 de la misma parroquia 23 de Enero, puede seguir echando un pie. “La salsa es una pasión. ¡Te da vida!”.
El sitio es el 23
Este lugar no solo atrae a los habitantes de la parroquia 23 de Enero, sino a visitantes de otros sectores caraqueños, como La Pastora. Uno de ellos es Alberto Coronado, quien afirma que estos espacios son muy agradables y que no tienen nada que envidiarle a otros sitios de salsa ubicados en otras zonas de Caracas.
Coronado agrega que mucha de la gente que vive en La Cañada también visita otros lugares de baile. Suena Ahora me río, de la Sonora Ponceña, y Coronado toma una bebida que lo mantiene en ambiente.
En este lugar de esparcimiento se venden combos de licores. Los precios van desde los 30 bolívares. Con un billete de un dólar se pueden comprar dos cervezas y con cinco dólares, hasta 8 birras bien frías.
Nadie se mete con nadie y la pasamos fenomenal
Freddy Díaz, bailador
En Pa’ La Cañada también hay combos de otros licores en 12 dólares, que incluyen los vasos, la bolsa de hielo, el refresco e incluso una bebida energizante.
Mientras la pista de baile se llena y vacía entre pieza y pieza de salsa vieja, Alejandra Aranda confiesa que es amante de estos guateques. Por ello decidió comenzar a grabar videos para subirlos a sus estados de WhatsApp. Al ver la receptividad de sus contactos consideró que era oportuno abrir unas cuentas en las redes sociales para mostrar la diversión y el baile.
Las cuentas llevan por nombre @rumbasenel23, espacios que recogen los pasos destacados de los mejores bailadores y las fiestas más movidas del sector. Este proyecto ya cuenta con un año en TikTok, en la que tiene 55.000 seguidores.
“A todo el mundo le gusta, y aunque hay mucha gente que no le agrada que la graben, saben que si vienen a estas fiestas pueden caer en las cámaras de Rumbas en el 23”, confiesa mientras de fondo suena Busca ambiente que lo mío está caliente, de Rafi Rojas.
El oeste de Caracas: una cuna de artistas
Para mostrar que no solo hay ritmo, sino además talento, Alejandra Aranda, una mujer que va todos los fines de semana a la fiesta, comenta que es familia del percusionista Gerson Aranda, un venezolano que vive en Buenos Aires y ha llevado su talento hasta ese país. Este músico se crió en Cútira, de la parroquia Catia, viendo a su padre, Pedro Aranda, fundador del Sonero Clásico del Caribe.
Gerson Aranda tuvo la oportunidad de tocar junto a Soledad Bravo e incluso la acompañó en algunas de sus giras internacionales. Además, acompañó musicalmente a Celia Cruz, a Cheo Feliciano, a Luigi Texidor, Junior González, Larry Harlow, Marvin Santiago y a Willie Colón.
Mucha de la gente que está aquí se la pasa en la Asunción
Alberto Coronado, visitante
Para Alejandra Aranda, de 45 años, la alegría y la salsa son los elementos que definen a la población del 23 de Enero, así suenen otros géneros musicales. Señala que en comparación con otros sectores de la ciudad, hay una marcada diferencia en la forma como se baila salsa en esta parroquia. “Los pasos son diferentes”, asegura.
“Estos espacios son culturales y de esparcimiento. Lo único que no nos gusta es que terminan a las 12:00 a.m. debido a una normativa que hay en el 23”, lamenta Alejandra Aranda mientras suenan los timbales y bongós de fondo.
Otra de las asistentes, Yraida Aranda, destaca que estos bailes son necesarios en la vida cotidiana puesto que sirven para dejar el estrés de lado y distraerse. “Aquí los problemas se te olvidan por el ambiente”, confiesa. Señala que al venir de una familia de músicos, como su hermano y su sobrino, es difícil estar desligada de la salsa.
Ambas mujeres resaltan que tienen cinco años visitando este sector y destacan que a estos espacios también asisten cantantes, como Gonzalo Díaz y Carlitos Hurtado, así como algunos exbeisboleros con buenas voces, como Luis Sojo.
Aquí los problemas se te olvidan por el ambiente
Yraida Aranda, caraqueña
“Vienen y bailan aquí, normal, nadie los molesta. Han venido dos fines de semana seguidos”, señaló Alejandra Aranda mientras suena Salamera, de Los Kimbos y Adalberto Santiago.
Pero si Alejandra e Yraida tuvieran que mencionar a una de las figuras más importantes que ha pisado este espacio de esparcimiento en el bloque 18, dirían que es Omslig León, hijo de Oscar D’León, señalan con orgullo las caraqueñas de la familia Aranda.
PUNTOS DE ENCUENTRO
Los bloques 18 y 34 no son los únicos sitios para los bailadores. También se han registrado encuentros salseros en el bloque 6 de Monte Piedad; en el Bohío Habanero de la Libertad, frente a la redoma del Bloque 7; en el bloque 25 de la zona Central y en un local que se llama El Russport.
Para los días 22 y 23 de junio se realizarán los siguientes eventos:
— Sábado: Salón Salsa Alí Primera del Parque del Oeste, en la avenida Sucre, desde las 12:00 m. (mediodía).
— Domingo: Bodegón Donde Maita, en la Zona E, bloque 34, a partir de las 3:00 p.m.