La tercera visita de familiares de los detenidos en el contexto de las protestas postelectorales que se encuentran en la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua, se concretará en los próximos días.
Los parientes esperan una llamada de las autoridades para que entreguen la paquetería solicitada por la directiva del penal destinada a cada privado de libertad, informó la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL).
De acuerdo con datos que maneja UVL, «en esta oportunidad, a los familiares les solicitaron galletas, chucherías, chocolates y caramelos, entre otras cosas, que deberán ser organizados, tipo cotillón, en bolsas transparentes e identificadas con el nombre del detenido».
Las personas que acuden a las visitas deben cumplir ciertas reglas: vestir franela blanca, yin azul y sandalias abiertas. Solo se permite el ingreso de mujeres, por 10 minutos. “En la segunda visita, nos dejaron tocarlos sin abrazos por medio de una malla, ojalá que podamos abrazarlos en esta ocasión”, clama una madre, publicó UVL.
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Trabas…
A diferencia de los presos sociales, las visitas de familiares a los detenidos durante las protestas del 29 y 30 de julio no se hacen con la misma regularidad, sino a discreción de las autoridades.
«Casi todos los parientes vivimos lejos del lugar donde están nuestros hijos o esposos y lo ideal sería que se establecieran días fijos para uno estar organizado, pero nos ponen mil y una trabas para todo», lamentó Carolina, madre de un joven apresado en el estado Anzoátegui que permanece en la cárcel Yare III, en los Valles del Tuy, estado Miranda.
La primera vez que esta mujer fue a visitar a su hijo, gastó 200 dólares, en un recorrido de, aproximadamente, 302 kilómetros, que se tradujeron en 6 horas por carretera. Ahora, ella optó por quedarse en la casa de una prima que vive en Santa Teresa del Tuy, a 15 minutos del penal.
Otros parientes, que no corren con la misma suerte de tener familiares en esta zona, se han visto obligados a alquilar habitaciones. También se han organizado en grupos para rentar casas y aliviar los gastos que representa tener un pariente preso y lejos del lugar de residencia.
Además, se reúnen, como una gran familia, para hacer vigilias. La noche del 7 de noviembre, parientes de los detenidos en Tocorón se congregaron, a pesar de la lluvia. Escribieron la palabra libertad con velas encendidas, mientras elevaban oraciones en la esperanza de que pronto sus allegados estén libres y pasen la Navidad en casa.
De acuerdo con el Foro Penal, 1.784 personas fueron detenidas en las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro y podrían recibir sentencias de entre 10 y 30 años de prisión.