Maracay.- La capilla Cristo Rey, ubicada al final de la calle Paraíso, en Brisas del Lago, Maracay, amaneció el jueves 30 de mayo inundada por primera vez en 40 años.
Las lluvias caídas en la ciudad anegaron la iglesia, que está justo al lado del lago de Valencia y que se ha salvado de ser «tragada» por la cuenca natural porque el párroco, Tonny Medina, y el diácono, José Esqueda, iniciaron el año pasado una campaña para salvar la capilla, que forma parte de la parroquia eclesiástica Santa Rosa de Lima.
Si no se hubiese hecho este terraplén —dijo el padre Tonny— las consecuencias serían peores, porque el año pasado el lago llegaba al patio de la capilla.
Sin apoyo gubernamental
La comunidad, sin apoyo gubernamental, comenzó a levantar un muro improvisado de tierra; por tal motivo se autorizó botar escombros, incluso basura, al lado del centro católico.
Hoy en día una pequeña montaña separa el lago de la capilla, la única de Brisas del Lago, al sur de Maracay.
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El padre Tonny, que lleva un año en la parroquia, sabe que esto es un paliativo y no una solución definitiva. Además, señala que las primeras lluvias son un llamado de alerta que no deben desestimar.
«Me cuentan los vecinos que es la primera vez que se inunda la capilla. Cuando llegamos esta mañana todo estaba lleno de agua y barro. Se mojaron alfombras, el sonido y algunas imágenes. Esto es preocupante, porque hoy la capilla se afectó por un aguacero, pero estamos muy cerca del lago, que es una amenaza latente», expresó.
Las oraciones de más de 500 feligreses que vienen cada domingo a la misa de las 9:00 am mantienen a salvo la estructura religiosa, porque no reciben ningún apoyo oficial.
Los vecinos con más tiempo en la zona recuerdan que la capilla se construyó gracias a la mediación del Club de Leones.
«Una señora invadió este terreno y ellos (el Club de Leones) le consiguió una casa en otra parte, y se comenzó a levantar aquí la capillita. Vinieron varios padres, como Jesús Parrondo y Lorenzo Wesler, que lograron apoyo de los gobiernos de Caldera y Lusinchi. Después de eso nadie nos ha apoyado», comentó una señora mayor que junto a otros feligreses sacaba con haraganes el agua de lluvia.
El padre Tonny cree fervientemente en Dios y está convencido de que la comunidad es la que mantiene a flote la iglesia, pero pide, además de la mediación divina, que los organismos competentes, llámese Presidencia de la República, Gobernación o Alcaldía, metan la mano para evitar que la capilla Cristo Rey se hunda en el lago.