Puerto Cabello.- La comerciante Luisa Díaz perdió la batalla contra el COVID-19 a la 1:30 am de este martes 6 de abril en un centro asistencial de Puerto Cabello, estado Carabobo, donde permanecía recluida, confirmaron sus familiares.
La propietaria de la tienda Richard Mir, ubicada en la calle Bárbula, que ofrece a la venta implementos militares, pasó a formar parte de la estadística no oficial que registra al menos una muerte diaria por COVID-19 desde el pasado 24 de marzo, cuando murió el aduanero Arturo Zerpa (70) en la clínica Urdaneta.
Por la misma causa falleció el abogado Jhonatan Ravelo, jefe del Registro Civil de la parroquia Juan José Flores y dirigente municipal del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), cuyo deceso se produjo al amanecer del 2 de abril en la clínica San Agustín.
Foco de COVID-19 en Pequiven
El domingo 4 de abril, a las 5:30 pm, murió por complicaciones vinculadas al COVID-19 Minella López, trabajadora de Pequiven Morón, confirmaron sus compañeros de trabajo, quienes refirieron que la dama fue a tratarse en el estado Zulia por la imposibilidad de ser atendida en Puerto Cabello.
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En este sentido y bajo la solicitud de mantener sus nombres en reserva, el grupo de trabajadores de la empresa petroquímica denunció que Pequiven, en plena pandemia, inició una contratación de 200 obreros y no se cumplen las normas de bioseguridad.
“Hay un foco de COVID-19 en el edificio administrativo de Pequiven Morón; por eso existe un grupo de trabajadores recluidos en el hospital Prince Lara de Puerto Cabello, ante el colapso de las clínicas incluidas en el seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM), lo que hace a los enfermos dirigirse al hospital público ante el avance de la enfermedad”, aseguraron los empleados de la filial de Pdvsa.
“El caso de Minella López (55), quien laboraba en el departamento de Desarrollo Social, es patético; la empresa no la apoyó, a pesar de sus años de servicio: nosotros hicimos una colecta para ayudar en los gastos médicos. Ella tuvo que irse al Zulia porque aquí no pudo ser atendida. Murió el domingo”, narraron los trabajadores de Pequiven.