Aragua.- La pandemia por COVID-19 ha generado una serie de cambios en las actividades tradicionales a fin de disminuir riesgos y evitar contagios, es por ello que las iglesias en el estado Aragua han implementado normativas de bioseguridad a fin de proteger a los fieles en este 17de febrero, Miércoles de Ceniza, día que marca el inicio de la cuaresma y en el que los templos suelen estar abarrotados.
El Padre Valentín Duerto, párroco de la iglesia Inmaculada Concepción en Maracay, explicó a El Pitazo los cambios que han realizado a nivel parroquial. «La pandemia está presente, el templo parroquial tiene un aforo de 500 personas cómodamente sentadas, hemos adaptado el templo para recibir a 88. También tenemos un equipo logístico encargado de los protocolos de bioseguridad», indicó.
Asimismo, Duerto mencionó que el templo y las tres capillas que conforman esta parroquia sólo están abiertas la semana de flexibilidad de cuarentena, esto en cumplimiento del decreto emanado desde la Diócesis de Maracay que especifica los días martes, jueves, sábado y domingo para hacer ritos religiosos con feligresía, además, la Congregación para el Culto Divino de la Santa Sede ha girado indicaciones a fin de procurar seguir avivando la fe de los maracayeros, entre ellas destacan celebraciones a cielo abierto y disminuir al máximo el contacto entre los asistentes a las eucaristías, incluyendo la colocación de las cenizas en la parte superior de la cabeza sin contacto físico por parte del sacerdote.
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La parroquia Inmaculada Concepción se encuentra ubicada en la comunidad de La Barraca y tiene a su cuidado tres capillas, Sagrada Familia en San José, Divina Misericordia en La Maracaya y San Agustín en San Agustín, en las que realizan acompañamiento religioso a los fieles y administración de sacramentos, sin embargo, debido a la pandemia y a la cuarentena, la mayor parte de las actividades eclesiales han sido realizadas en el templo principal.
Este año, para la celebración del Miércoles de Ceniza se ha aumentado el número de eucaristías a fin de disminuir el aforo en los templos y mantener la distancia recomendada por la OMS entre personas, además, las autoridades eclesiales han recomendado la permanencia en los hogares y la implementación de subsidios con el fin de avivar la experiencia religiosa sin exponerse a un potencial contagio de COVID-19.