Un diagnóstico a la cadena de frío para las vacunas del país, presentado en el plan de inmunización contra el COVID-19 del Ministerio de Salud, reveló que al menos 12 estados no tienen plantas eléctricas ni suficientes neveras y congeladores para conservar las dosis del programa nacional de inmunización. Unicef y OPS cuentan con 27,6 millones de dólares del erario público venezolano, desbloqueados por Estados Unidos, para reforzar el sistema de refrigeración, a propósito de la llegada de las vacunas tramitadas por el mecanismo Covax
Por: Armando Altuve y Orianny Granado
El gobierno de Nicolás Maduro planeó vacunar a 70 % de los venezolanos en un lapso de seis meses para alcanzar la denominada inmunidad de rebaño y cortar la transmisión del coronavirus que causa el COVID-19. El objetivo está claro, pero las condiciones para lograrlo son un obstáculo. A la poca disponibilidad de vacunas contra el patógeno, se suma que el país no cuenta con un sistema de refrigeración robusto para conservar las dosis.
En la actualidad, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), como parte de la cooperación técnica que brindan al país, buscan recuperar esa cadena de frío antes de que lleguen los primeros cargamentos de las vacunas adquiridas por el Estado venezolano, a través del Fondo de Acceso Global para Vacunas contra el COVID-19 (Covax).
Entre sus actividades, Unicef contribuyó a hacer una inspección de los sistemas de refrigeración de los almacenes de vacunas nacionales y regionales. Este organismo presentó informes de la cadena de frío y determinó que el país tiene fallas para conservar las vacunas que ofrece el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) del Ministerio de Salud.
Si bien los informes se manejan a lo interno del ente ministerial, un diagnóstico de la situación de la cadena de frío se plasmó en uno de los apartados del documento del Plan Nacional para la Introducción y Despliegue de la vacuna contra COVID-19, elaborado por las autoridades con expertos de la OPS y Unicef, al que tuvo acceso el equipo reporteril de la Alianza Rebelde Investiga (ARI), conformada por los medios El Pitazo, TalCual y Runrunes. Los datos revelan una reducción de la capacidad de refrigeración para productos biológicos del PAI por la ausencia de neveras, congeladores y refrigeradores e, incluso, plantas eléctricas.
El plan, culminado en febrero de 2021, detalla que en 12 estados no hay plantas eléctricas para asegurar la operatividad de los equipos de refrigeración, en caso de un corte de electricidad, para mantener las temperaturas bajas de los productos. También en 12 entidades se puso en evidencia la carencia de congeladores, en 13 no hay neveras y en 10 faltan cámaras frigoríficas o cuartos de frío.
No se hace mención a la cantidad de vehículos para trasladar las vacunas, aunque una investigación periodística de Ipys Venezuela y El Pitazo, en 2017, reveló que parte de la flota de carros para distribuir las dosis ya estaba paralizada por falta de repuestos. Según el documento del plan, el país cuenta con una flota de unidades refrigeradas para movilizar dosis que deben mantenerse con temperaturas entre 2ºC a 8ºC y de -18ºC, así como gandolas (camiones) con -40ºC; pero sin precisar un número.
José Félix Oletta, exministro de Salud, señaló que el sistema frigorífico de vacunas del país se deterioró, principalmente, por la falta de mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos de refrigeración y fallas en la planificación para reemplazar aquellos que cumplieron su vida útil o los que no se protegieron ante las variaciones o cortes de la corriente eléctrica.
Con la evaluación de Unicef, se supo que Venezuela tiene una capacidad de almacenamiento de vacunas en sus espacios que suman 960,9 metros cúbicos en los que se pueden refrigerar un total de 31.040.750 vacunas, tanto a escala nacional como regional, de la cadena de frío del país.
Pero Huníades Urbina, expresidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, indicó que esa capacidad actualmente se ha reducido por las carencias de equipamiento de refrigeración. «No sabemos el déficit de esa capacidad ni cuánto ha corregido Unicef en estos años, porque el Estado no da información. Pero si mañana llegan las vacunas del Covax no habrá donde almacenarlas. Por eso, Unicef apoya para mejorar la cadena de frío», sostuvo.
La cadena de frío supone un conjunto de procedimientos que aseguran la calidad de la vacuna. El sistema concatena una serie de equipos de refrigeración que deben garantizar una temperatura que oscile entre 2°C y 8°C, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las dosis Sputnik V de Rusia y Sinopharm de China, autorizadas en el país, pueden almacenarse y trasladarse entre esa escala de temperatura. La dosis rusa también requiere una cadena de frío en -18 °C.
El 30 de agosto, el gobierno de Maduro habilitó más de 450 puntos en todo el país para aplicar dosis a 300.000 por día, como parte del proceso de aceleración de la jornada de vacunación que algunos médicos y académicos consideran «improvisada y desordenada». Pero se desconoce si los centros dispuestos tienen características para cumplir con el distanciamiento social y si contarán con neveras para refrigerar las vacunas.
«Los sitios para vacunar, mejor preparados, son los ambulatorios, hospitales, clínicas y distritos sanitarios, cualquier otro que se habilite tiene que contar con personal de salud y no habrá problema siempre que se mantenga la cadena de frío», resaltó Juan Félix García, pediatra e infectólogo.
Apagones frecuentes
Actualmente, el país tiene 14 plantas eléctricas operativas, 2 de estos equipos están en los almacenes centrales ubicados en la Región Capital. Urbina precisa que lo ideal es que cada estado tenga un generador de electricidad, pero advierte que por el déficit se corre el riesgo de que miles de vacunas se dañen si falla el suministro de energía y, en consecuencia, afecte la regularidad del programa de vacunación.
Desde el mes enero de este año, el Comité de Afectados por los Apagones contabilizó 105.180 fallas en todo el país. Las regiones occidental y central han sido las más afectadas. De los 12 estados donde los sistemas de cadena de frío carecen de plantas eléctricas, Barinas, Cojedes, Falcón, Lara, Monagas, Portuguesa y Trujillo son los que registraron más cortes de electricidad. En 5 de las entidades, no hay neveras y congeladores, pero sí tienen cámaras frigoríficas en sus almacenes regionales.
“Los almacenes deben contar con todos los equipos. Un estado puede tener una cámara de frío para mantener una cantidad mayor de vacunas, pero si le faltan las neveras y los congeladores en los ambulatorios, hospitales o puntos de vacunación no se podrán trasladar hacia esos sitios, ocasionando más retraso para su aplicación a las personas”, acotó Urbina.
En cada uno de los estados con sistemas de refrigeración sin neveras ni congeladores, se han aplicado, en promedio, 193.700 vacunas contra el COVID-19, según los datos del Vacunómetro, proyecto periodístico de ARI que hace un recuento de la información oficial disponible sobre la cantidad de dosis distribuidas y aplicadas en el país.
Urbina sostiene que en estas localidades han vacunado contra el coronavirus, porque los centros se apoyan con los equipos entregados por Unicef y la OPS al Ministerio de Salud para reforzar el programa de inmunización en Venezuela, seriamente comprometido por bajas coberturas de vacunación, que se tradujeron en el resurgimiento de la difteria y el sarampión entre 2016 y 2017.
Unicef coopera con el Ministerio de Salud para atender la emergencia sanitaria que Venezuela padece desde 2016. El organismo logró traer, en los últimos dos años, más de 6,3 millones de vacunas contra el sarampión, la difteria y la fiebre amarilla y otras enfermedades, así como equipos de refrigeración para garantizar la calidad de los productos.
«Hemos invertido alrededor de dos millones de dólares en fortalecer la cadena de frío con el equipo necesario para asegurar que las vacunas se almacenen y transporten adecuadamente. Hemos contribuido a acondicionar los almacenes centrales y regionales y hemos proporcionado nueve generadores, cámaras frigoríficas, porta vacunas y congeladores», señaló el equipo de Unicef a ARI, al responder un cuestionario enviado por correo electrónico.
Según la OPS, el país ha aplicado, en 4 meses, más de 9 millones de vacunas anti-COVID-19 | Ronald Peña
Fortalecer la cadena de frío
La Mesa Técnica Nacional para la Vacunación contra el COVID-19, instalada este año con el gobierno de Maduro y asesores médicos y diputados de la Asamblea Nacional de 2015, allanó el camino para que la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de los Estados Unidos (Ofac, por sus siglas en inglés) aprobara una licencia que permitiera el desbloqueo de recursos públicos, retenidos debido a las sanciones estadounidenses contra Venezuela, para atender la emergencia causada por el coronavirus.
El pasado 25 de agosto, los integrantes de la oposición de la mesa técnica informaron que la Ofac autorizó 27.615.720 dólares para ser invertidos únicamente en gastos logísticos y fortalecimiento de la cadena de frío, pues la adquisición de las vacunas a través del mecanismo Covax estuvo a cargo de la administración de Maduro.
El presidente de la Academia Nacional de la Medicina, Enrique López Loyo, explicó que estos fondos desbloqueados fueron gestionados por el Parlamento liderado por Juan Guaidó, y aclaró que la mesa técnica acordó que el dinero será manejado por Unicef y la OPS y no por el gobierno de Maduro.
Dijo que los organismos velarán por la instalación del sistema de refrigeración en los próximos meses. «Los equipos estarán bajo el resguardo de la OPS y Unicef por dos años y, luego, se lo cederán al Ejecutivo para cubrir las necesidades del programa nacional de inmunizaciones», agregó López Loyo.
Del monto total autorizado por la Ofac, Unicef manejará 16.500.720 dólares para la compra de equipos para la cadena de frío, prestación de servicio y asistencia técnica; mientras que la OPS tendrá 11.115.000 dólares para garantizar la seguridad de las vacunas. Específicamente, para la ampliación de la capacidad frigorífica se presupuestaron 14.872.797 dólares.
En junio pasado, en una conferencia del XIV Congreso Venezolano de Infectología, Elena Cerdán, oficial de salud de Unicef, adelantó que con los 16,5 millones de dólares se comprarán ocho cámaras de frío negativo; 650 refrigeradores solares para mantener las vacunas sin energía eléctrica; 600 cajas isotérmicas y 10.000 porta vacunas para trasladar las dosis y tres lanchas de motor para llevar los productos por áreas fluviales. Con los recursos, además, se hará mantenimiento y reparación de 40 refrigeradores dañados que están ubicados en distintos estados.
En su momento, la oficial de salud de Unicef detalló que el organismo había movilizado previamente 2,5 millones de dólares que recibió por medio de donaciones de varios países, como Estados Unidos y Reino Unido, para adquirir 15 cámaras de frío positivo, 12 plantas eléctricas y 100 congeladores, de los cuales 50 llegaron a Venezuela, el pasado mes de mayo, para ponerlos en distintos puntos de vacunación contra el COVID-19 que dispuso el Ministerio de Salud en el país.
Cerdán explicó que Unicef se fijó incrementar la capacidad de refrigeración actual en todo el país en 83 % para conservar tanto las vacunas de rutina del PAI como las dosis contra el COVID-19. Como parte de ese objetivo también se planteó sumar 750 puntos de vacunación más a los 5.000 existentes con la incorporación de nuevos equipos.
López Loyo dijo que la recuperación de cadena frío del país es una garantía técnica para preservar la calidad de las 11,3 millones de vacunas contra el COVID-19 del mecanismo Covax que se esperan en septiembre. Comentó que desde la Mesa Técnica Nacional aspiran a que la disponibilidad de dosis mejore para proteger del coronavirus a los venezolanos, especialmente en este momento que circula la variante delta del virus en 6 estados del país.
Hasta ahora, el gobierno de Maduro no cumple con la meta de inmunizar contra el COVID-19 al 70 % de la población (22.820.000 venezolanos). Se requieren 45 millones de dosis para alcanzar el objetivo. Pero las últimas cifras que envió el Estado a la OPS indican que, hasta el 27 de agosto, en Venezuela se habían aplicado 9.342.817 vacunas. El país tiene una tasa de 11,6 por cada 100.000 personas inmunizadas con las dos dosis, ubicándolo como una de las naciones con pobre desempeño en vacunación en América.
Los datos de Vacunómetro arrojan que al menos 21 % del 70 % de la población venezolana, que se planteó vacunar en un primer momento, recibió la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19. El recuento de la información oficial apunta que, hasta el 24 de agosto, se enviaron 3.568.512 dosis a todo el país, pero los números revelan que se han aplicado 4.270.030, un millón más que la cantidad distribuida.
Mientras los organismos internacionales dan los primeros pasos para fortalecer la cadena de frío y garantizar la vacunación contra el COVID-19, los médicos que asesoran al Parlamento de 2015 esperan que la Mesa Técnica Nacional, que tiene tres meses sin reunirse, convoque a nuevos encuentros para canalizar la aprobación de más fondos retenidos en el exterior que faciliten la compra de más vacunas y resolver otras fallas que afectan el sistema de salud público.
«El Estado venezolano ya no puede ponerse como el único punto de control de la situación, porque ya está en la necesidad de pedir apoyo a todos los actores involucrados en el proceso, sobre todo de la sociedad civil y otras organizaciones de ayuda humanitaria que laboran en el país», resaltó López Loyo.
Esta noticia es parte del seguimiento al proceso de vacunación contra el COVID-19 que realiza la Alianza Rebelde Investiga (ARI), integrada por El Pitazo, Runrunes y TalCual.
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