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jueves, 28 marzo, 2024

CRÓNICA | Guaidó de vuelta a casa

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La Guaira.- Maiquetía estaba más custodiado que de costumbre este lunes 4 de marzo. Podía achacarse a algún operativo especial de seguridad, por el asueto de Carnaval, pero tanto funcionario de la Guardia Nacional, la Policía Nacional Bolivariana, Polivargas, Equipos Antimotines y funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) vestidos de civil, hacían comprender que algo importante estaba por ocurrir.

“¿Será que Guaidó llegará por aquí?”, preguntaba una joven que esperaba a su padre. La acompañante, de menos edad le respondía: “Tú estás loca. Sería bien boleta si vienen por Maiquetía, con tantas amenaza y tanto policía. Si llega, le ponen los ganchos. En qué vuelo es que llega tu papá para irnos rápido y no tener que ver eso”.


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La mayoría de quienes esperaban a familiares y unos cuantos dirigentes del partido Voluntad Popular en Vargas, que estaba camuflados, estaban a la expectativa. Una expectativa que subió de nivel cuando embajadores de Alemania, Portugal, Francia, Rumania, Países Bajos y España, el Cónsul de Chile y el Encargado de Negocios de Estados Unidos, comenzaron a llegar al área de salida de pasajeros de la terminal internacional de Maiquetía.

“Chama, como que sí viene Guaidó”. Y la gente comenzó a colocarse en las barandas del sitio de comida rápida en la parte superior para tener mejor ángulo de la llegada. Y otros se agolparon sobre los medios en las puertas automáticas que vienen de migración.

Juan Guaidó salió por la puerta con amplia sonrisa, levantando los brazos, acompañado de su esposa Fabiana Rosales. Por segundos, Maiquetía dejó de ser un lugar para las despedidas, sino que se llenó de la euforia de una bienvenida.

La esperanza de un regreso

Juan Gerardo Guaidó Márquez, presidente interino de Venezuela, entró al país en un vuelo comercial de Copa Airlines, procedente de Panamá.

Según fuentes de migración, su nombre, ni el de su familia, estaba en el listín previo que la aerolínea debe entregar. No le hizo falta usar Rampa 4, el terminal destinado para las operaciones aéreas de presidentes, ministros o ilustres visitantes, para sentir el calor de un pueblo que lo aclamaba.

A pesar de la estricta seguridad, ningún funcionario movió un dedo para aprehenderlo. Más bien se controlaban para no unirse a la algarabía que se vivía.

“Viste, ese hombre es presidente, porque nadie lo está metiendo preso”, era la voz que se escuchaba, entre los aun escépticos con su regreso por Maiquetía.

“Bienvenido, presidente. Eso me dijeron con mucho respeto y cariño. La cadena de mando en Venezuela está rota”, aseguró Guaidó a los periodistas que le abordaron y preguntaban sobre cómo hizo para ingresar al país sin problemas, ante las amenazas y advertencias hechas por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.


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“Solo bienvenido, presidente. Me sellaron el pasaporte y aquí lo tengo conmigo. Yo no tengo nada que esconder”, soltó apresurado mientras ingresaba al vehículo que lo llevaría a su primer compromiso en tierra venezolana: un toque a la concentración que se desarrollaba en los Bloques de La Aviación, a la salida del Aeropuerto de Maiquetía, donde sus seguidores guaireños lo esperaban.

Allí, el techo de la camioneta se convirtió en escenario al detener la caravana. Unos minutos para alimentarse del salitre y la fuerza que le gritaban los suyos: “Es de La Guaira, es un campeón, es presidente y se llama Juan Guaidó”.

Tras escuchar el Himno Nacional, Guaidó salió por la autopista Caracas – La Guaira, donde no hubo intención de detenerle, sino más bien abrirle paso, hasta que llegó a la tarina en Las Mercedes donde lo esperaba una multitud convocada tan solo 12 horas antes.

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