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viernes, 29 marzo, 2024

Productores pagan 50 bolívares por cada rata muerta en cultivos de arroz en Guárico

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San Juan de los Morros.- Junior Mota es regador en una unidad de producción de arroz en el Sistema de Riego Río Guárico de Calabozo, municipio Miranda, estado Guárico. Al culminar su acostumbrada jornada de trabajo, a las 4:00 de la tarde, toma un descanso por unas tres horas. Entre las 7:00 y 10:00 de la noche, junto a otros tres compañeros de labores, con linternas y afiladas estacas, se dedica a la cacería de ratones entre los cultivos y sus alrededores en el sector Uverote.

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Al culminar la jornada nocturna aglomeran en sacos a los roedores y, a la mañana siguiente, antes de iniciar sus labores habituales, realizan el conteo manual de las ratas frente al propietario de las tierras. Cada una tiene un costo de 50 bolívares, lo que representa una ganancia de entre 60.000 y 75.000 bolívares, de acuerdo con la meta diaria que se trazan los cuatro jornaleros, entre 1.200 y 1.500 ratones.

En este caso, la cuadrilla coordinada por Mota divide por igual la ganancia total entre los cuatro integrantes, lo cual representa un ingreso, complementario a su jornada de trabajo, de entre 15.000 y 18.000 bolívares diarios.

El Sistema de Riego Río Guárico posee más de 20 sectores agroproductivos que hoy son afectados por la propagación de roedores, señala Cruz Ledezma, productor agropecuario.

Agrega que hay diversas cuadrillas dedicadas a la caza de ratas, pero normalmente son los mismos trabajadores de las unidades de producción que luego de su jornada de trabajo toman un breve descanso y vuelven a los cultivos para atrapar a estos animales que mantienen «en jaque» la producción de arroz.

En algunos casos, hay quienes cobran la cacería de roedores por cuenta individual: «Por ejemplo, si un trabajador va y en una hora mata 100 ratones, se gana 5.000 bolívares», precisó Ledezma.

Asegura que el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), tiene alrededor de siete años sin cumplir con los controles insecticidas para saneamiento de los cultivos.

«Desde 2011 no hay un control biológico en cuanto a los cebos, ni un control natural con la lechuza campanaria para evitar que continúe la propagación de ratas», apuntó.

Lechuza de campanario

Cruz Ledezma resaltó que además de la falta de insecticidas por parte del Insai, en los últimos años no se ha garantizado la reproducción de la lechuza de campanario, tyto alba, en los campos de producción, ave que se alimenta de roedores.

«Ese control lleva un proceso con un cajón en el que se aloja la lechuza de campanario, que en una noche puede cazar unas 100 ratas», explicó.

Ledezma alertó que en la medida en que se acerque el período de cosecha aumentará la cantidad de ratas en los cultivos y está en riesgo la producción de arroz.

La falta de financiamiento por parte de la banca pública; la ausencia de fertilizantes y semillas certificadas; el deterioro de la maquinaria agrícola; la inseguridad en los campos; el mal estado de las vías de acceso a zonas rurales; las disparidades en el costo del arroz y el brote de roedores son parte de los conflictos que deben sortear los productores de arroz en Guárico para garantizar la producción en cada período de siembra y cosecha.

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