Valle de La Pascua. – Un derrame de aguas negras, producto de la caída de la red de cloacas, afecta a 30 familias del sector 5 de Julio, especialmente a los niños y ancianos, que son los más vulnerables a las enfermedades en este barrio del norte de la capital del municipio Leonardo Infante, estado Guárico.
El bote de aguas servidas (putrefactas), que sale de una boca de visita en la calle El Guamacho cruce con calle Orinoco, pasa por los patios de las casas de varias familias para, posteriormente, desembocar en la quebrada La Danta.
Los vecinos manifestaron que, a pesar de que se han entregado cartas en el ayuntamiento municipal solicitando la solución del problema, no han tenido repuestas y dicen tener siete meses en espera.
Génesis Perdomo, quien tiene su casa frente a la boca de visita, denunció que su hija, de ocho meses de nacida, tiene cinco días con fiebre y sarpullidos en casi todo el cuerpo.
“Las causas de la enfermedad que tiene mi hija son las aguas podridas que hacen imposible que vivamos con normalidad en este sector y lo peor es que se nos hace cuesta arriba conseguir medicamentos al momento que se enferma alguno de nosotros”, dijo.
Glauden Sotillo, otra de las vecinas afectadas, expresó que desde hace siete meses tienen este derrame de aguas negras en la zona y no existe voluntad por parte de ningún ente del gobierno de reparar la tubería dañada.
“El bote de agua comienza en la calle El Guamacho, sigue por la calle Camoruco. Los olores son tan desagradables que no se puede ni comer. Hemos acudido a la alcaldía y al consejo comunal, recolectamos firmas con los vecinos para pedir que solventen este problema y nada. Aquí muchos niños se han enfermado con fiebre, vómito, diarrea, enfermedades respiratorias y llagas en el cuerpo; le pedimos a los entes que reparen pronto esta red de aguas negras, también que limpien las quebradas que atraviesan nuestros patios, ya que cuando se enferman nuestros familiares, por los altos precios de las medicinas no tenemos cómo cubrir los gastos”, sostuvo.
Por su parte, Ramona Sotillo señaló ser abuela de una decena de niños y por consiguiente esta situación la afecta muy de cerca. “Mis nietos están enfermos porque las casas donde viven están cerca de la quebrada. Le pedimos a las instituciones que reparen estas cloacas y, sobre todo, que canalicen las quebradas porque las aguas negras se empozan en medio de la calle generando olores nauseabundos que hacen imposible que vivamos bien, de manera normal, sin enfermarnos”, añadió.
Por último, Elvia Rondón, quien forma parte de la vocería del consejo comunal del mencionado sector, aseveró que los vecinos aportaron una colaboración para comprar aceite de motor que les pidieron para ser usado en el camión vacuum, pero a los demás integrantes del consejo comunal les exigieron que compraran una paila.
“Yo hice lo que pude y, junto con los vecinos, recolectamos dinero y compramos seis litros de aceite como nos habían solicitado para poder reparar el bote de agua, pero la presidenta del consejo comunal me dijo que compráramos una paila y que le avisara cuando la compráramos. Por eso, el aceite que compramos lo tenemos guardado, a la espera de que traigan el camión, mientras tanto, el mal olor y las aguas negras recorren nuestros patios”.
Los niños del sector juegan alrededor de la boca de visita por donde salen miles de litros de agua de cloaca, lo que pone en peligro su salud.